II Concurso de Microrrelatos
«Lenteja de Tierra de Campos«
PRIMER PREMIO
Microrrelato
Tenía un lunar en la comisura de la boca que le daba ese aire misterioso que confieren las pequeñas imperfecciones, capaces de transformar ciertos rostros en sublimes.
En la capital hubiera concitado mil miradas, allí en casa, en su pueblo, sólo era Lenteja.
Los viajantes y los camioneros paraban en la fonda, donde trabajaba, sólo para verla. La comida era razonable y las habitaciones aseadas, pero era ella la que los reunía.
Su risa fresca imantaba oídos y miradas a partes iguales, pero una vez posadas éstas en la boca, la mancha pardina, de apenas unos milímetros, se erigía en la reina sin que nadie fuera consciente de su poder.
Cuando hablaba, la marca mágica de la Luna en su piel congregaba la atención palideciendo casi su discurso, siempre bien hilado.
La verdadera magia consiste en que no se sea consciente de su existir.
Un mal día, entró en la fonda, acompañado de dos vecinos, el nuevo médico del pueblo de al lado. Tras los saludos de cortesía, sin mediar otro motivo antes de sucumbir a su influjo, dijo:
– ¡Caramba! Tienes un nevus melanocítico…
La magia ancestral huyó ante el abrupto diagnóstico, como tragada por el sumidero. Nada volvió a ser igual.
AUGUSTO BLANCO ALFONSO
Madrid