ANIVERSARIO

Había llegado el día, hacía 60 años que estaban casados. Parecía que después de tantos días tristes de lluvia, el sol conseguía abrir brecha y colarse para entibiar cuerpos y almas.
Ella cada vez peor, la cabeza perdida, el cuerpo roto y llagado.
Él solícito como siempre, con el tumor devastando su cuerpo vencido. Había tomado una decisión: Celebrarían su sexagésimo aniversario.
Preparó su comida favorita. Puré de lentejas.
Él, desde la guerra sobrevivida en Madrid, había abjurado de comerlas enteras, las aborrecía de tanto limpiar piedritas, palitos y algún que otro gorgojo, siempre en puré.
Ella en las colonias no pasó hambre. El hambre llegó luego. ¡Qué no hubieran dado en casa por limpiar las denostadas lentejas de Negrín!
A los dos les encantaba el puré, con sus picatostes.
Hoy las prepararía como siempre, pero añadiría un condimento sorpresa.
Estaba guapa, como de novia. Se vistió elegante para la efemérides.
– Una cucharada para ti y otra para mi, una para ti y otra para mi… así hasta terminar los platos. Te quiero Pichón.
Recogió y se acostó a su lado.
– Mañana dirá la radio que un viejo loco mata a su mujer y se suicida. ¡Qué sabrán!

Autor: Augusto Blanco Alfonso
Madrid