EL PROFESIONAL

El encargo era sencillo. Había costado mucho más encontrarle. Cinco años tras su sombra y por fin le había localizado. Era la noche de San Capodanno. El año finalizaba y el bullicio navideño se desparramaba por las calles de Catania. Los años de experiencia con la ganzúa le permitieron acceder con facilidad a la casa. Lo siguiente era pan comido, la Beretta nunca fallaba. Al caminar con sigilo por el pasillo un aroma familiar e inconfundible alteró su concentración y durante unos segundos le mantuvo quieto y con los ojos cerrados, recordando, sintiendo con deleite: las lentejas de la abuela. No pudo resistirse y su olfato le trasladó en un estado hipnótico hasta la cocina en la que se encontraba una olla donde burbujeaban las lentejas a la espera de ser degustadas aquella Nochevieja. Su instinto, su profesionalidad y su prudencia pasaron a un segundo plano; cogió una cuchara de madera, se llevó a la boca una cucharada de lentejas y las saboreó con delectación regresando por un instante al paraíso de la infancia. Aquel momento de máxima felicidad le impidió sentir los pasos que se le acercaron y el fogonazo final.

Autor: Ángel Roba Rodríguez
Logroño (La Rioja)