Primer Premio
CASA
El plato humeaba encima de la mesa. Asad, nuestro joven traductor, con los ojos cerrados, aspiraba despacio el olor que emergía de él.
—¿No te gustan las lentejas?
Asad abrió los ojos súbitamente, como si saliera de un letargo, mientras dejaba escapar disimuladamente una lágrima.
—Huelen a casa.
Cogió con delicadeza una cucharada y se la llevó a la boca. Volvió a cerrar los ojos mientras masticaba su contenido sin prisas, saboreando el maridaje de ingredientes del guiso. Demasiados días sobreviviendo, demasiadas comidas olvidadas.
—Saben a casa.
Entonces fui yo quien se derrumbó por la emoción de sentir que el esfuerzo había valido la pena, a pesar de los impedimentos que había encontrado en mi camino por querer ayudar. Había cambiado mis vacaciones navideñas con la familia por ser voluntaria en el campamento Kara Tepe en Lesbos.
Hoy es Navidad; fuera de las tiendas de campaña el frío es helador y la única comida que podemos servir es un plato de lentejas con arroz que nos hace sentir a todos como «estar en casa», a pesar de que nos encontremos a miles de kilómetros de nuestro hogar y algunos no puedan volver quizá nunca a él.
Nombre: Pilar Pozo Barberá
Torrejón de Ardoz (Madrid)