FINALISTA Sol enorme resecando la piel. Sudor cayendo sobre la abrupta senda: gotas cúbicas, plonc, plonc golpeando los pedruscos. Aire tóxico soplando calor. Alimañas acechando el traspiés fatal; algunas escondidas, otras, quizá más hambrientas, atreviéndose a asomar. Ángeles de alas negras vigilando severos el camino, empuñando espadas llameantes. Aquello explotó y nada volvió a ser lo mismo. Nadie volvió a ser lo mismo. Yo tampoco. Ni tú. De hecho tú has muerto y de ti en mí solo quedan los ecos de tus gritos, porque los niños ya no son los niños, ni son nada. Nada. De lo que conocimos nada. Solo lo que traigo conmigo. A duras penas llego donde también todas las plantas se han quemado pero los terrones son más mullidos. Me arrastro arañando desesperado la piel del suelo con una piedra y con un último esfuerzo desparramo las lentejas y las tapo. Quizá crezcan. Quizá alguien las coseche. Quizá las goce como yo las gocé y quizá las plante de nuevo. Quizá. Y con la misma piedra me hiero para morir regando y nutriendo este futuro incierto, hurtando mi sangre a las bestias.Lorenzo del Río Trujillo, Villanueva de la Cañada (Madrid) Escucha el Microrrelato Narrado por David Sentinella Comparte esto:Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva)