FINALISTA – Madre, voy a llegar tarde. Por favor, ¿puedes encargarte hoy de la comida? – ¡Sí, hija, claro; no te preocupes! Adela colgó el auricular. Llevaba tiempo sin cocinar, su hija ya no le dejaba hacer prácticamente nada y ella, cada día, se iba sintiendo un poco más mueble y menos persona. Pasaba las horas sola frente al televisor, esperando a que volvieran, esperando poder hablar con alguien, esperando compañía. Tener algo que hacer iluminó sus ojos de nuevo. Se colocó el delantal con la ilusión del que estrena un vestido. Reunió los ingredientes, los troceó y guisó las lentejas con amor, como sólo las abuelas saben hacerlo. Después preparó la mesa. Mientras colocaba la última cuchara sonó de nuevo el teléfono. – Madre, que al final nos quedamos a comer en el centro. Nos vemos esta noche. No hace falta que hagas nada. Ya compraré yo algo preparado. – Sí, hija, claro; no te preocupes…Rosa María Ramírez Navalón, Valencia Escucha el Microrrelato Narrado por David Sentinella Comparte esto:Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva)