PRIMER PREMIO Decidí documentarme en torno a Tierra de Campos sobre el terreno porque la comarca ni me sonaba, por ello investigué en Internet y escogí un alojamiento encantador llamado Villa Rosa. Los comentarios mencionaban a una propietaria adorable, excelente cocinera, amante de los perros y del color verde. La señora nos recibió a Toby y a mí con una mirada indescriptible entre toses y estornudos. Me asignó una habitación confortable aunque la obsesiva tonalidad daba la sensación de vivir en una pompa de chicle de fresa, pero sin su olor. El aroma dominante venía desde los fogones y se hizo insoportable por repetitivo, pues ella me tuvo quince días comiendo lentejas. Las preparó a la jardinera, acompañadas de chorizo, con arroz, en ensalada, untadas en pan, incluso licuadas sustituyendo al zumo de naranja mañanero. Creí entonces secundario lo de que su hijo destrozase a la guitarra la misma obra durante toda mi estancia. Juro que la legumbre y el maestro Rodrigo me gustaban. Ahora son una asociación indisoluble con resultado de profundo mareo. Cuando regresé a casa abrí la página de viajes, corroboré la opinión del guasón y añadí: «Lugar silencioso ideal para escritores». Cristina Aguas Marco, Zaragoza Escucha el Microrrelato Narrado por David Sentinella Comparte esto:Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva)