febrero 29, 2024

Finalista: Tempestad

Su padre, que no era exactamente su padre, gritó con voz ferruginosa: —¡levántate y sal fuera, Sorda Desobediente! Y como la niña remoloneara, tiró de ella, arrastrándola hasta el pequeño dormitorio que compartía con sus dos hermanos, que tampoco eran exactamente sus hermanos.
Su madre no levantó la vista del plato de lentejas.
Sorda Desobediente aterrizó contra una de las camas y la puerta se cerró de golpe.
Fuera se oían los gritos intrafamiliares de siempre.
Sentía los dedos de Curro clavados en el hombro derecho y giró la cabeza para asegurarse de que no seguían ahí.
El traje de princesa que la profesora había improvisado con unas bolsas azules superbonitas, en las que sus compañeros habían pegado estrellas de todos los colores, se había roto.
Dianita se frotó los ojos y al restregarse la cara con el dorso de las manos, la purpurina rosa se desparramó por el suelo. La niña se quitó un calcetín y limpió todo con mucho cuidado. Luego, llenó los pulmones de aire y, con fuerza, sopló los restos de la magia bajo la cama.

FIN

Autora: María Ángeles Ruiz Ortega, de Valladolid

Escucha el microrrelato

Narrado por David Sentinella