I.G.P. Lenteja de Tierra de Campos

Tercer Premio: Lentejas de magia

Un recreo de miradas, burlas y desprecios. Un recreo, uno más, sin almuerzo. Sin compañía, resguardado en un rincón. Con la vergüenza como única y fiel compañera.
Saúl guardaba silencio de regreso a casa, escondiendo lágrimas, camuflando malestares.
Duelen más las risas y la indiferencia que los golpes y empujones.
Cada tarde su abuela le observaba preocupada. El miedo y la ansiedad se adherían a paredes y ventanas. La oscuridad se cernía sobre su querido cielo de campos. La vida en aquel hogar se había tornado triste y silenciosa.
Aquella mañana la abuela de Saúl ideó un plan. Reunió ingredientes y cacerolas.
Trajinó en la cocina.
El olor a lumbre, a guiso y puchero inundó el ambiente. Aquellas lentejas tenían sabor a magia: calentaban el ánimo, atemperaban miedos y reunían el valor necesario para hablar, para explicar, para enfrentarse. “Saúl, hijo, termínate el plato”.
La mañana siguiente, en el recreo, regresaron las risas, las miradas, las burlas. Saúl recordó la magia de aquellas lentejas, su valor y la fuerza de su cariño. Se giró despacio y alzando la voz pronunció tan solo una palabra: BASTA.

Autora: Cristina Filardo Llamas, de Salamanca

Escucha el microrrelato:

Narrado por David Sentinella