I.G.P. Lenteja de Tierra de Campos

Finalista: «El indigente»

Estaba hasta los mismísimos de aprender, desaprender y reaprender continuamente en ese año 2032. La tecnología cambiaba cada dos por tres. Y la forma de usarla también. Si quería comer o beber algo en la vía pública tendría que ser a través de esa máquina expendedora. Los bares y restaurantes, con las continuas pandemias, hacía años que habían pasado a la historia. “¡Maldito chisme!”, se quejó indignado el sintecho. Este modelo de máquina no tenía las fotografías de los alimentos, solo el nombre del plato. Por ejemplo: “Alegoría del atardecer laminado, engalanado con esencias de lágrimas rojas de primavera”. ¿Qué narices era eso? ¿Es que ahora, para poder saber lo que ibas a comer, tenías que haber ido a una escuela de alta cocina?

-¡Que sea lo que Dios quiera! –pronunció al fin seleccionando en el apartado de comida mediterránea: “Composición de Dhals de los campos galaicos en hermandad de hortalizas bañado en un fondo aromático”.

Antes de verlo, ya le llegó su olor. ¿Cuándo había recuperado el olfato? Ese aroma le sonaba. Su expresión de alegría, al comprobar lo que ya tenía en sus manos, fue algo inefable. ¡Qué sorpresa! ¡Qué recuerdos! ¡Lentejas de Tierra de Campos!

Autora: María Remedios Cuéllar Álvarez, de Valladolid

Escucha el microrrelato:

Narrado por David Sentinella